Bogotá, Colombia -. El adolescente que protagonizó el reciente tiroteo en Bogotá vivía con una tía en Villas de Alcalá, un barrio de estrato bajo ub
Bogotá, Colombia -. El adolescente que protagonizó el reciente tiroteo en Bogotá vivía con una tía en Villas de Alcalá, un barrio de estrato bajo ubicado en el occidente de la capital. Según las autoridades, el joven no contaba con una red de apoyo sólida: su madre había fallecido y su padre reside en Polonia, país al que viajó presuntamente para enlistarse como voluntario en la guerra de Ucrania.
En medio de esta situación de vulnerabilidad, el Instituto Distrital para la Protección de la Niñez y la Juventud (Idipron) había contactado al menor a finales de mayo con el fin de vincularlo a programas sociales de la Alcaldía de Bogotá. Posteriormente, fue remitido al programa Jóvenes en Paz, impulsado por el Gobierno nacional.
El presidente Gustavo Petro confirmó que el joven había sido identificado previamente como un caso de alto riesgo. “El Gobierno distrital ya había identificado la conflictividad del niño asesino, lo recogió en uno de sus programas y pasó a uno de los programas de mi Gobierno: Jóvenes en paz”, afirmó a través de la red social X. Petro añadió que los profesionales que lo atendieron describieron una personalidad “completamente conflictiva, sin capacidad de establecer vínculos intersociales”. Según el informe oficial, el menor no asistió a clases durante dos meses y abandonó el programa por voluntad propia.
La captura del adolescente se produjo minutos después del atentado, perpetrado con una pistola semiautomática Glock. Aunque logró escapar brevemente, fue alcanzado por las autoridades tras recibir un disparo en la pierna. En videos difundidos por redes sociales, se escucha al joven decir: “Fue el man de la olla, yo digo quién fue, déjenme darle los números”. También se le oye gritar: “Perdón, lo hice por plata, por mi familia”.
Fuentes policiales citadas por El Tiempo informaron que en el barrio del joven operan al menos dos “ollas”, como se conoce a zonas de microtráfico en Colombia. Las autoridades continúan investigando posibles conexiones entre el atacante y redes criminales que operan en ese sector.
El caso ha reavivado el debate sobre el alcance y efectividad de los programas sociales para jóvenes en situación de vulnerabilidad y las causas estructurales que los empujan hacia la violencia.
Fuente: EL PAIS
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