Con el paso de los días, la tragedia del Jet Set parece encaminarse a una dolorosa normalización. Sin justicia, sin memoria, y sin homenaje, el país se arriesga a convertir una lección de vida en una anécdota olvidada.
SANTO DOMINGO.– A tres meses de la tragedia que cobró varias vidas en el icónico centro de diversión Jet Set Club, el tiempo comienza a imponer su ley: puertas cerradas, ambiente de abandono y un silencio que reemplazó el bullicio. La memoria colectiva empieza a disolverse, y con ella, el reclamo social por respuestas.
El 4 de abril, una explosión seguida de un incendio transformó la noche en luto. La emergencia provocó la muerte de al menos cuatro personas y dejó varios heridos. El hecho conmocionó al país y encendió las alarmas sobre las condiciones de seguridad en centros nocturnos de alto flujo. Sin embargo, hoy, el escenario es otro.
El local permanece cerrado, sin rastro de actividad. Donde antes se escuchaban merengues en vivo y ovaciones a artistas internacionales, ahora solo hay vallas oxidadas, cristales rotos y una cinta policial descolorida. La fachada, cubierta por una capa de polvo, refleja el paso del tiempo y el desinterés institucional.
Recuerdos apagados
En los días posteriores al hecho, las afueras del Jet Set se llenaron de velas, flores, mensajes de apoyo y homenajes espontáneos. Hoy, no queda nada de eso. Ni una placa, ni una señal visible que recuerde lo ocurrido. Apenas el eco de una tragedia que empieza a perder espacio en la conversación pública.
Algunos vecinos, consultados por este medio, aseguran que no han visto movimiento en semanas. “Esto quedó así, cerrado, como si no hubiese pasado nada”, dice Juan F., comerciante de la zona. “Uno pensaba que iban a hacer algo en honor a las víctimas o al menos a explicar lo que pasó, pero todo ha sido silencio”.
Investigación estancada
A pesar de que el Ministerio Público abrió una investigación para establecer responsabilidades por presuntas negligencias en los sistemas de seguridad y evacuación del lugar, hasta el momento no se han presentado cargos formales ni informes conclusivos.
Familiares de las víctimas expresan su indignación ante la falta de avances. “Nos sentimos abandonados por las autoridades. No hay justicia ni memoria. Todo está en pausa”, afirma Rosa M., hermana de uno de los fallecidos.
Desde la Fiscalía, la única declaración pública ha sido que el caso “sigue bajo análisis técnico”, sin ofrecer una fecha concreta para la presentación de resultados.
Un símbolo que se desvanece
Fundado en 1976, el Jet Set fue durante décadas uno de los principales escenarios de la música tropical en la República Dominicana. Artistas como Johnny Ventura, Wilfrido Vargas y Gilberto Santa Rosa llenaron su pista de baile. Su caída abrupta no solo marcó el cierre de un local, sino también el final de una era en la vida nocturna de la capital.
No hay información oficial sobre el futuro del inmueble. Versiones extraoficiales hablan de una posible venta o reapertura con un nuevo concepto, pero los propietarios han preferido el silencio.
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