La iniciativa no solo demostró la capacidad de Bad Bunny para atraer multitudes, sino también su papel como embajador cultural de Puerto Rico, posicionando a la isla en la mirada internacional y mostrando cómo el entretenimiento puede convertirse en un motor de desarrollo económico y social.
San Juan, Puerto Rico.– La residencia artística de Bad Bunny, titulada “No Me Quiero Ir de Aquí” y celebrada entre julio y septiembre en el Coliseo de Puerto Rico, se ha convertido en uno de los fenómenos culturales y económicos más importantes en la historia reciente de la isla, con un impacto estimado de más de 200 millones de dólares.
De acuerdo con cifras de la Foundation for Puerto Rico, la serie de conciertos generó alrededor de 215 millones de dólares, de los cuales unos 170 millones beneficiaron directamente a San Juan, con un incremento notable en las reservas hoteleras y más de 30,000 noches de hospedaje confirmadas.
La presencia de más de 600,000 visitantes provenientes de distintos países dinamizó sectores como el turismo, la gastronomía, el transporte y el comercio minorista, marcando un aumento de hasta un 61 % en alquileres a corto plazo en comparación con el año anterior.
Un informe de Moody’s Analytics señala que el evento no solo fortaleció la economía local con una inyección cercana a los 181 millones de dólares en turismo, sino que también impulsó el empleo en el sector, con un crecimiento temporal estimado de un 3 % en plazas laborales vinculadas a servicios turísticos.
Más allá de lo económico, la residencia consolidó un efecto cultural y de identidad. Los fanáticos vivieron una experiencia inmersiva que incluyó visitas a lugares emblemáticos de la vida del artista, así como la proyección de marcas emergentes de moda puertorriqueña y tradiciones culturales como la pava, el jíbaro y el coquí, reforzando la imagen de Puerto Rico como un destino turístico y cultural de primer nivel.
COMMENTS