Alejar a los niños de las pantallas es imposible: cómo resolverlo si tengo más de un hijo

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Alejar a los niños de las pantallas es imposible: cómo resolverlo si tengo más de un hijo

Cada familia debe encontrar su propio equilibrio en el uso de pantallas, adaptando las reglas a sus necesidades y posibilidades

También nos gusta ver los programas infantiles con ellas. Ayudarles a responderles dudas que les surgen y aprender nosotros de lo que ellas ven.

Está comprobado que el uso excesivo en pantallas en niños genera múltiples inconvenientes en su crecimiento: salud visual, limitaciones del habla, irritación, problemas de atención… La lista es lo suficientemente contundente como para que cualquier padre decida alejarlos complemente del televisor, celular o tablet. Pero quienes tenemos hijos sabemos que esto es prácticamente imposible.

Quienes somos hoy padres crecimos también con pantallas. Recuerdo muy bien llegar después del colegio a almorzar mientras veía alguna serie o anime, hacer tareas con el TV de fondo y después de acabar jugar PlayStation hasta que llegara la hora de comer. Eran casi cuatro o cinco horas de corrido frente a una pantalla.

Hoy ante a este tema hay mucha más conciencia, tanto en los contenidos como en la exposición en sí. Pero también hay que entender que esto no es una opción peligrosa al 100% y que tiene muchos beneficios en medio de un proceso tan difícil como el de criar a un niño.

Qué hacemos en casa con las pantallas

Mi casa es un hermoso caos con dos niñas de cuatro y dos años. Edades en las que están en proceso de obtener total autonomía en la cotidianidad. Y junto con mi esposa tenemos claro que el tiempo en pantallas debe ser limitado, pero que también es un momento que ellas necesitan y nosotros igual.

  • Las pantallas son un apoyo en la rutina

Lo primero es que ser los padres perfectos es imposible. Todos necesitamos 10 minutos al día para respirar y alejarnos de la rutina del trabajo, familia, dinero y demás responsabilidades. Y el televisor puede ser un aliado para tomarnos ese tiempo.

Así que no está mal que nuestras hijas puedan ver dos o tres capítulos de Bluey o alguna otra serie de calidad mientras nosotros como pareja hablamos o simplemente miramos al techo para descansar. No hay ninguna culpa en eso.

La clave en todo esto es no convertir la pantalla en un chupete o biberón digital. No están diseñadas para suplantar nuestra labor de crianza, para entender a nuestras hijas, compartir tiempo con ellas o para calmar una rabieta.

  • Hay momentos y tiempos

Mis padres solo me dejaban jugar hasta que la comida se sirviera, después de eso debía guardar la consola y no había chance de volver a prenderla. Y eso es clave: mantener una decisión y ser firme. Por ejemplo, el TV o el celular no se usa mientras estamos comiendo, incluso nosotros nos tenemos que alejar de esa tentación y ser conscientes del desayuno, cena o almuerzo.

Otra clave es poner límites de tiempo. Sin embargo, para los niños pequeños el concepto de tiempo no existe. Para ellos es igual decirles que en 10 minutos o en un año les apagamos el TV. Así que nuestra estrategia es decirles: “un capítulo más y apagamos” o “se acaba la película y nos vamos a dormir”. Son escenarios que ellos sí van a ver como algo real.

Esto también es una forma de anticiparse a la rabieta de apagarles la pantalla de un momento a otro. Porque a cualquiera le daría rabia que le quiten su distracción sin explicación.

  • Las pantallas como un plan familiar

A todos nos gusta ver televisión y hacerlo en familia es especial. Así que no está mal incluirla dentro de los planes para pasar tiempo juntos: poner una película y verla con comida juntos en el sofá, poner videos musicales y cantar todos, buscar videos de ejercicios para niños y todos hacerlos en la sala o jugar algo en la consola.

  • Acabar con la idea de la pantalla como un problema

Criar sin pantallas es imposible. En cualquier momento son necesarias, útiles y también educativas. Solo los que están en casa viviendo el día a día entienden las situaciones que están pasando y cómo resolverlas. Por eso no es necesario tener esa presión de seguir un método de crianza que se habla continuamente en redes sociales o que otros nos dicen. Ya de por sí es complicado ser padre, no vale la pena sumarse más obligaciones externas.

Cada familia tiene su fórmula según el tipo de hijos y posibilidades que hay en el hogar. Parte importante de lograrlo de la mejor manera es siempre ser abiertos con nuestros hijos, explicarles cada decisión que tomamos y ser claros en los límites para que ellos sepan cómo debe actuar ante cualquier situación… A pesar de que todo tambalee cuando llegan a casa de la abuela y el televisor se convierte en una niñera más.

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